LA DANZA EN LA IGLESIA CATOLICA
jueves, 27 de marzo de 2014
MINISTERIO DE DANZA LITURGICA SHARIS
PARA MAS INFORMACIÓN
https://www.facebook.com/ministeriodedanza.sharis?fref=ts
DIOS LOS BENDIGA
La Adoración
2628 La adoración es la primera actitud del hombre que se reconoce criatura ante su Creador. Exalta la grandeza del Señor que nos ha hecho (cf Sal 95, 1-6) y la omnipotencia del Salvador que nos libera del mal. Es la acción de humillar el espíritu ante el “Rey de la gloria” (Sal 14, 9-10) y el silencio respetuoso en presencia de Dios “siempre [...] mayor” (San Agustín, Enarratio in Psalmum 62, 16). La adoración de Dios tres veces santo y soberanamente amable nos llena de humildad y da seguridad a nuestras súplicas.
La alabanza
V. La oración de alabanza
2639 La alabanza es la forma de orar que reconoce de la manera más directa que Dios es Dios. Le canta por Él mismo, le da gloria no por lo que hace, sino por lo que Él es. Participa en la bienaventuranza de los corazones puros que le aman en la fe antes de verle en la gloria. Mediante ella, el Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios (cf. Rm 8, 16), da testimonio del Hijo único en quien somos adoptados y por quien glorificamos al Padre. La alabanza integra las otras formas de oración y las lleva hacia Aquel que es su fuente y su término: “un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y por el cual somos nosotros” (1 Co 8, 6).
2640 San Lucas menciona con frecuencia en su Evangelio la admiración y la alabanza ante las maravillas de Cristo, y las subraya también respecto a las acciones del Espíritu Santo que son los Hechos de los Apóstoles: la comunidad de Jerusalén (cf Hch 2, 47), el tullido curado por Pedro y Juan (cf Hch 3, 9), la muchedumbre que glorificaba a Dios por ello (cf Hch 4, 21), y los gentiles de Pisidia que “se alegraron y se pusieron a glorificar la Palabra del Señor” (Hch 13, 48).
2641 “Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y salmodiad en vuestro corazón al Señor” (Ef 5, 19; Col 3, 16). Como los autores inspirados del Nuevo Testamento, las primeras comunidades cristianas releen el libro de los Salmos cantando en él el Misterio de Cristo. En la novedad del Espíritu, componen también himnos y cánticos a partir del acontecimiento inaudito que Dios ha realizado en su Hijo: su encarnación, su muerte vencedora de la muerte, su resurrección y su ascensión a su derecha (cf Flp 2, 6-11; Col 1, 15-20; Ef 5, 14; 1 Tm 3, 16; 6, 15-16; 2 Tm 2, 11-13). De esta “maravilla” de toda la Economía de la salvación brota la doxología, la alabanza a Dios (cf Ef 1, 3-14; Rm 16, 25-27; Ef 3, 20-21; Judas 24-25).
2642 La revelación “de lo que ha de suceder pronto” —el Apocalipsis— está sostenida por los cánticos de la liturgia celestial (cf Ap 4, 8-11; 5, 9-14; 7, 10-12) y también por la intercesión de los “testigos” (mártires) (Ap 6, 10). Los profetas y los santos, todos los que fueron degollados en la tierra por dar testimonio de Jesús (cf Ap 18, 24), la muchedumbre inmensa de los que, venidos de la gran tribulación nos han precedido en el Reino, cantan la alabanza de gloria de Aquel que se sienta en el trono y del Cordero (cf Ap 19, 1-8). En comunión con ellos, la Iglesia terrestre canta también estos cánticos, en la fe y la prueba. La fe, en la petición y la intercesión, espera contra toda esperanza y da gracias al “Padre de las luces de quien desciende todo don excelente” (St 1, 17). La fe es así una pura alabanza.
2643 La Eucaristía contiene y expresa todas las formas de oración: es la “ofrenda pura” de todo el Cuerpo de Cristo a la gloria de su Nombre (cf Ml 1, 11); es, según las tradiciones de Oriente y de Occidente, “el sacrificio de alabanza”.
para mas informacion consultar http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p4s1c1a3_sp.html
2639 La alabanza es la forma de orar que reconoce de la manera más directa que Dios es Dios. Le canta por Él mismo, le da gloria no por lo que hace, sino por lo que Él es. Participa en la bienaventuranza de los corazones puros que le aman en la fe antes de verle en la gloria. Mediante ella, el Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios (cf. Rm 8, 16), da testimonio del Hijo único en quien somos adoptados y por quien glorificamos al Padre. La alabanza integra las otras formas de oración y las lleva hacia Aquel que es su fuente y su término: “un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y por el cual somos nosotros” (1 Co 8, 6).
2640 San Lucas menciona con frecuencia en su Evangelio la admiración y la alabanza ante las maravillas de Cristo, y las subraya también respecto a las acciones del Espíritu Santo que son los Hechos de los Apóstoles: la comunidad de Jerusalén (cf Hch 2, 47), el tullido curado por Pedro y Juan (cf Hch 3, 9), la muchedumbre que glorificaba a Dios por ello (cf Hch 4, 21), y los gentiles de Pisidia que “se alegraron y se pusieron a glorificar la Palabra del Señor” (Hch 13, 48).
2641 “Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y salmodiad en vuestro corazón al Señor” (Ef 5, 19; Col 3, 16). Como los autores inspirados del Nuevo Testamento, las primeras comunidades cristianas releen el libro de los Salmos cantando en él el Misterio de Cristo. En la novedad del Espíritu, componen también himnos y cánticos a partir del acontecimiento inaudito que Dios ha realizado en su Hijo: su encarnación, su muerte vencedora de la muerte, su resurrección y su ascensión a su derecha (cf Flp 2, 6-11; Col 1, 15-20; Ef 5, 14; 1 Tm 3, 16; 6, 15-16; 2 Tm 2, 11-13). De esta “maravilla” de toda la Economía de la salvación brota la doxología, la alabanza a Dios (cf Ef 1, 3-14; Rm 16, 25-27; Ef 3, 20-21; Judas 24-25).
2642 La revelación “de lo que ha de suceder pronto” —el Apocalipsis— está sostenida por los cánticos de la liturgia celestial (cf Ap 4, 8-11; 5, 9-14; 7, 10-12) y también por la intercesión de los “testigos” (mártires) (Ap 6, 10). Los profetas y los santos, todos los que fueron degollados en la tierra por dar testimonio de Jesús (cf Ap 18, 24), la muchedumbre inmensa de los que, venidos de la gran tribulación nos han precedido en el Reino, cantan la alabanza de gloria de Aquel que se sienta en el trono y del Cordero (cf Ap 19, 1-8). En comunión con ellos, la Iglesia terrestre canta también estos cánticos, en la fe y la prueba. La fe, en la petición y la intercesión, espera contra toda esperanza y da gracias al “Padre de las luces de quien desciende todo don excelente” (St 1, 17). La fe es así una pura alabanza.
2643 La Eucaristía contiene y expresa todas las formas de oración: es la “ofrenda pura” de todo el Cuerpo de Cristo a la gloria de su Nombre (cf Ml 1, 11); es, según las tradiciones de Oriente y de Occidente, “el sacrificio de alabanza”.
para mas informacion consultar http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p4s1c1a3_sp.html
lunes, 24 de marzo de 2014
¿Que es la danza? (Ministerio de Danza Sharis)
MINISTERIO DE DANZA LITURGICO SHARIS
Un 3 de Marzo de 1998 se dio inicio al primer ministerio de Danza Litúrgica Sharis de la Renovación Católica Carismática de la RCC de Santa Rosa de Cabal el cual tendría que pasar por muchas dificultades pero también victorias, tristezas opacadas por alegrías, para llegar a donde está.
Lo conformo, Pilar que venía de Manizales y le colaboro con la formación del ministerio, con dicha ayuda María Eugenia Acosta comenzó a dar talleres de danza pero sin muy buenos resultados, al ver esta situación comenzó a orar, María Eugenia y el Padre Carlos Alberto Castaño por este sueño dando tan buen resultados que al tercer llamado llegaron Vanesa Giraldo, Cristina Giraldo, Angie Ocampo, Diana Salazar, Alexandra Salazar y Luz Adriana Tabares.
A partir de ese momento Sharis ha tenido 4 Coordinadoras María Eugenia Acosta Ramírez, Vanesa Giraldo García, Carolina López Restrepo y Diana Bustamante Martínez (actual coordinadora). En la actualidad cuenta con 16 ministras de Danza, las cuales gozan este gran don y regalo al poder entregar su Espíritu, alma, corazón y Cuerpo al Servicio de Dios pero es de aclarar todas con un estilo diferente al Danzar.
SHARIS (REGALO DE DIOS)
http://www.youtube.com/watch?v=zM46srFLRtI
Breve historia de la Danza
Tuvo su comienzo en la primera civilización y ha sido
considerada parte de cada cultura de la tierra. La danza es un instinto, algo
dentro de cada uno le hace querer bailar.
Es un arte y puede ser la más antigua, un arte que no
necesita de ningún otro instrumento más que del cuerpo del bailarín. La música
vino después.
Originalmente el zapateo y las palmas proporcionaron los
ritmos y la música necesaria para danzar. Su estructura rítmica y sus diseños
fueron documentos desde la dinastía egipcia y naciones griegas.
Ha sido esencial en la forma de adorar a un dios falso,
así como para el pueblo de Israel. No tenemos
cuadros históricos con respecto a la danza judía porque al pueblo de
Dios le fue dado el mandato de no hacer imágenes.
El hombre primitivo danza para dar valor al amor, la
guerra, actos de fuerza, comida, salud y adoración. Muchas de sus danzas eran
representadas según su orden o necesidad, ejemplo, si necesitaba la lluvia
danzaba para atraerla. Cada aspecto de su vida era hacia Dios.
Tenían tres motivos principales para danzar:
·
Adoración
·
Cosecha
·
Guerra
En Egipto los sacerdotes o danzantes elegidos para el
templo, hacían danzas rituales como parte del culto, danzando alrededor del
altar.
Nunca se sabrá exactamente como danzaban los egipcios, ya
que sus murales solo los muestran de perfil.
Así cuando el pueblo de Israel dejo su cautiverio de
Egipto y comenzaron su éxodo, llevaron consigo las danzas aprendidas de sus
soberanos egipcios.
Las danzas hebreas eran grandes momentos de regocijo,
acompañada de cánticos alegres con que se celebraba la gloria de Dios, como lo
vemos en Éxodo 15,20 “Miriam, la
profetiza, hermana de Aarón, tomo en sus manos un instrumento y todas las
mujeres la seguían con tímpanos danzando”.
Celebraban la victoria de Dios por su pueblo después del
mar rojo.
Así mismo el Rey David danzaba ante El Señor.
2 Sam 6,5 “David y
todo el pueblo de Israel danzaba delante de Yahvé con todas sus fuerzas,
cantando y tocando cítaras, arpas, panderos y címbalos”
La danza hebrea es la excepción de gozo por medio del
movimiento rítmico del cuerpo a un acompañamiento musical. Es la interpretación
de las palabras que cantamos en adoración y alabanza.
Algunas
citas bíblicas donde encontramos como el pueblo de Dios danzaba para Él:
·
2
Samuel 6,21: David se siente elegido por El Señor y se goza de ello,
ofreciéndole la alabanza de su cuerpo.
·
1
Cro 13,8: El Rey David danzaba con entusiasmo `porque la danza es el idioma con
el cual expresamos lo que hay en nuestro corazón y no lo podemos decir con
palabras.
·
Jer
31,4: La danza da frutos de amor y gozo en nuestro corazón, es la profunda
alegría de tener a Dios en nuestra vida.
·
Sal
149,3: La danza es oración y alabanza donde se manifiesta la gloria de Dios, se
vive en intimidad con Él y además se adquiere responsabilidad con el cuerpo, ya
que el se hace ofrenda, se inmola, se dona totalmente para que Dios derrame sus
abundantes bendiciones.
San Pablo en su primera carta a los corintios 12,4 “Hay
diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo”. También nos dice San
Pablo en su carta a los romanos 12,6 “puesto que tenemos dones diferentes,
según la gracia que Dios nos ha confiado”. El apóstol nos habla de dones y
carismas que Dios, por medio del Espiritu Santo derrama y regala para el
crecimiento y fortalecimiento de la Iglesia.
La Renovación Católica Carismática trabaja a través de
diversos ministerios uno de ellos es este “ El ministerio de danza”, como
suprema expresión corporal, no solo de las manos, sino de todo el cuerpo, el
ritmo, el balanceo, con que todo nuestro ser se deja impregnar por la música todo el cuerpo se hace canción
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